martes, 15 de julio de 2008

Recuerdo de una ciudad

"Wie, bitte?", pensaba la chica mientras aquellas gafas oscuras le hablaban y hablaban sin parar, las manos trataban de ayudar y una y otra vez señalaban el callejón donde muchos turistas iban y venían entre comerciantes de telas y joyas y ropas del lugar.

"Ven conmigo, quiero enseñarte algo. Allá del otro lado del andador." Este hombre de misteriosas intenciones había notado los tímidos pasos de esa mujer, sus ojos azules y profundos, la seriedad de sus labios.

"Was ist los? Wer bist du?", la chica polaca hablaba inglés y le era muy difícil comunicarse en esta ciudad latina. Todo el ir y venir de personas, la música y la alegría de la gente le eran extrañas y ajenas. Novedoso.

"Vamos, no te quito mucho tiempo. No te va a pasar nada, sólo acompañame allá." Aún no conseguía su confianza y aquellos ojos sin fin volvían a mirarlo, ahora con una mezcla de alivio y timidez.

"Warum ich?" El hombre comenzaba a intrigarla.

Entonces comenzó a llover. Gruesas gotas de una nube que llegó sin decir ni agua va. Chaparrón.
Incluso los comerciantes fueron tomados por sorpresa, y tan rápido como pudieron se fueron con sus mercancías a la espalda a refugiarse, los turistas corrieron a sus posadas.
Este hombre aprovechó para tomarla de la mano y correr juntos hacía algún lado, al otro lado del andador, donde había donde guarecerse.

La mujer que vendía rosas en la esquina aún seguía ahí. A tiempo llegó el hombre para comprar una flor, azul y sencilla. La chica miraba con grandes ojos atentos a la mujer de vestido bordado y cabellos trenzados, con un gran ramo de distintas flores que se alejaba con prisa. Miró la flor que tenía en su mano, la última que se vendería esa tarde, la única azul y sencilla.

En seguida la plaza estuvo desierta, al levantar la mirada la chica sólo pudo ver la lluvia caer, la flor en su mano y un hombre con gafas en su corazón.

1 comentario:

Talina dijo...

Lloro de emocion, que bonito...