lunes, 18 de enero de 2010

Vacío

Solía creer que los chupamirtos traían buena suerte, símbolo de que algo bueno estaba por llegar.
Solía sentir que no hay nada mejor que encontrar lagartijas en los árboles, percibir los pequeños movimientos, cortos, rápidos, repentinos.

Aquel día el chupamirto bajó a beber agua de la fuente, y de pronto tan sólo fue un ave, una mañana fría, fresca, vacía.
Aquel día me encontré con tu imagen ocupando mi corazón y mis días, y fue como una sentencia de muerte.

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