viernes, 17 de julio de 2009

I. Se conocieron en el bosque

Este chico tenía mala orientación.

Al caminar con amigos tan sólo una frase curiosa, una pregunta especial o algún detalle en el sendero lograban que olvidara hacia dónde iban o si ya habían llegado a su destino.

Caminaba largas horas por el pueblo sin saber nunca hacia dónde se dirigía. Así conoció todos los rincones de la región y por casualidad disfrutó de muchos atardeceres en muchos lugares... misteriosos, apacibles, peligrosos.

Como no podía recordar el camino de regreso a sus sitios favoritos, era una gran alegría volver a encontrar los lugares que habían marcado su corazón de manera especial. La felicidad del redescubrimiento.

A veces desaparecía por días enteros, semanas... para volver cargado de recuerdos y regalos de tierras lejanas, de historias increíbles y amigos magníficos de costumbres tan distintas a las suyas.

A ella la conoció en el bosque. Era tarde y ella seguía subiendo y bajando de los árboles retorcidos y acogedores. La siguió por un tiempo pero pronto la perdió de vista...

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