
Pi salió de su escondrijo
para volver a las andadas.
De día era 3,
de noche todo lo demás.
A Pi le gustaba su decimalidad.
Todos lo sospechaban,
pero nadie osaba descubrirlo.
Un día un 2 desorientado,
se atrevió a saltar la coma
y se vio inmerso en el decálogo,
pero por primera vez
pudo dejarse amar y ver
un sinfín de paraísos:
esos otros mundos que,
simplemente, no conocemos.
Del libro Transmoderna, por Marlén.
1 comentario:
¿¨< ··· π
es el primer número que recuerdo cuando me hablan en números redondos ;D
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