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martes, 30 de agosto de 2011

Todo gato es un teléfono...

...pero todo hombre es un pobre hombre.



Que el teléfono funciona, todo gato lo prueba con una honradez mal retribuida por parte de los abonados bípedos; nadie negará que su teléfono negro, blanco, barcino o angora llega a cada momento con un aire decidido, se detiene a los pies del abonado y produce un mensaje que nuestra literatura primaria y patética translitera estúpidamente en forma de miau y otros fonemas parecidos.


Fragmento de 'Cómo se pasa al otro lado'

A Miru

Cómo se pasa al lado

Los descubrimientos importantes se hacen en las circunstancias y los lugares más insólitos. La manzana de Newton, mire si no es cosa de pasmarse. A mí me ocurrió que en mitad de una reunión de negocios pensé sin saber por qué en los gatos —que no tenían nada que ver con el orden del día— y descubrí bruscamente que los gatos son teléfonos. Así nomás, como siempre las cosas geniales.

Desde luego un descubrimiento parecido suscita una cierta sorpresa, puesto que nadie está habituado a que los teléfonos vayan y vengan y sobre todo que beban leche y adoren el pescado. Lleva su tiempo comprender que se trata de teléfonos especiales, como los walkie-talkies que no tienen cables, y además que también nosotros somos especiales en el sentido de que hasta ahora no habíamos comprendido que los gatos eran teléfonos y por lo tanto no se nos había ocurrido utilizarlos.

Dado que esta negligencia remonta a la más alta antigüedad, poco puede esperarse de las comunicaciones que logremos establecer a partir de mi descubrimiento, pues resulta evidente la falta de un código que nos permita comprender los mensajes, su procedencia y la índole de quienes nos los envían. No se trata, como ya se habrá advertido, de descolgar un tubo inexistente para discar un número que nada tiene que ver con nuestras cifras, y mucho menos comprender lo que desde el otro lado puedan estar diciéndonos con algún motivo igualmente confuso. Que el teléfono funciona, todo gato lo prueba con una honradez mal retribuida por parte de los abonados bípedos; nadie negará que su teléfono negro, blanco, barcino o angora llega a cada momento con un aire decidido, se detiene a los pies del abonado y produce un mensaje que nuestra literatura primaria y patética translitera estúpidamente en forma de miau y otros fonemas parecidos. Verbos sedosos, afelpados adjetivos, oraciones simples y compuestas pero siempre jabonosas y glicerinadas forman un discurso que en algunos casos se relaciona con el hambre, en cuya oportunidad el teléfono no es nada más que un gato, pero otras veces se expresa con absoluta prescindencia de su persona, lo que prueba que un gato es un teléfono.

Torpes y pretenciosos, hemos dejado pasar milenios sin responder a las llamadas, sin preguntarnos de dónde venían, quiénes estaban del otro lado de esa línea que una cola trémula se hartó de mostrarnos en cualquier casa del mundo. ¿De qué me sirve y nos sirve mi descubrimiento? Todo gato es un teléfono pero todo hombre es un pobre hombre. Vaya a saber lo que siguen diciéndonos, los caminos que nos muestran; por mi parte sólo he sido capaz de discar en mi teléfono ordinario el número de la universidad para la cual trabajo, y anunciar casi avergonzadamente mi descubrimiento. Parece inútil mencionar el silencio de tapioca congelada con que lo han recibido los sabios que contestan a ese tipo de llamadas.

Un Tal Lucas – Julio Cortázar

miércoles, 8 de junio de 2011

Hablando de mate

A nonstandard method of counting trees: Put a cat into each tree, walk your dog, and count how often he barks.


Proofs from the book

sábado, 5 de febrero de 2011




If kittens and
geomeotry are wrong,
do we really want
to be right?






Si los gatitos y la
geometría están equivocados,
realmente queremos
saber la verdad?

lunes, 29 de junio de 2009

Es por humanidad

-Es por humanidad-. Dice la señora tratando de tranquilizar a la chica.

Es por humanidad, claro, que no se pueden vender hurones sin que éstos sean previamente esterilizados, que lo primero que recomiendan es esterilizar a los gatos, que el fin de toda mascota es siempre la huída inesperada de la casa con un terrible accidente final o simplemente, que los llevan a dormir, porque... era mejor así.

Pero la chica ya no ve el mundo como antes,

Ya no cree que la raza humana esté destinada a velar por todos los seres vivos, subdesarrollados e incapaces de defenderse y valerse por sí mismos. Un animalito que no se precie de ser mascota no tienen dinero para conseguir comida, y claro, qué desagradable eso de ir y hurgar en los desechos de aquéllos que los han de desterrar de sus ciudades, grandes extensiones donde sólo una raza puede habitar. Unas cuantas aves escapan al rechazo, y sólo si no las comienzan a llamar plaga y propagadoras de enfermedades.

-Es mejor así, ella no disfruta eso de tener gatitos-. La voz continúa la defensa.

Podrán aceptar que los animales tienen instintos, acaso también sentimientos, pero capacidad de pensar y razonar, jamás. Los animales están por debajo de los humanos. Y sin embargo seguimos pensando que podemos saber lo que ellos quieren, o las causas de su proceder. Después de todo, los actos de los animales sólo pueden ser interpretados por mentes humanas, pero su percepción del mundo es diferente, y tan valiosa como la nuestra, que no razonen como nosotros no significa nada, más que eso, que ellos son diferentes.

La señora está segura, sí, segura que es por humanidad

que uno toma en sus manos la vida de otro ser, que ni siquiera pidió ayuda. Se decide tan ligeramente sobre la vida de una mascota, y no se permite morir a nuestra gente que sufre enfermedades terminales, cómo podríamos querer jugar a ser dios.

La chica rompe en llanto.

Al final de cuentas, ambos son seres queridos.

sábado, 23 de mayo de 2009

Parece mosca...

...pero de nada sirve si está atrapada ahí dentro.


domingo, 29 de marzo de 2009

La ultima conquista

Siempre pudo trepar a la cama.

Y a los pocos días, conquistó el tocador. O lo que podía conquistarse de ese mueble que terminó sin más objetos que un pequeño caracol y un cuadro al estilo Gaudi.

Saltar de un sillón a la cama era empresa soñada. Pero siempre, después de observar la distancia con sus grandes ojos fijos decidía que era mejor hacer una parada intermedia en el suelo. Y sin embargo, ahora trepa a la cama, salta al sillón y termina alcanzando la ventana.

Ahora que no tenía sillón para poner mi ropa y los accesorios que habitualmente se encuentran en el tocador tuvieron que ser reubicados. El único refugio fuera del peligro de las exploraciones felinas era arriba de mi ropero. Así pasó el tiempo y mi compañera aprendió a respetar mis cosas... o yo aprendí a no dejarlas dentro de su alcance.

Ayer amanecí y me percaté preocupada que Mirumi reconocía terreno recien conquistado, oliendo unos aretes y tirando al suelo otros. Lo único que pude hacer fue poner una cerca de botellitas de agua y algunos sprays para aumentar la dificultad del salto. Mi ropero ahora no se ve bien pero almenos creo que está seguro.

Hoy en la mañana vi con terror que hay planes de reconquista:

Mirumi silenciosa, con la mirada fija en su único objetivo en ese momento, el nuevo reto.
Sé que un día lo intentará, y cuando lo haga...

domingo, 15 de febrero de 2009

Bigotes Despertadores

Ya lo había probado con todo.

Desde relojes despertadores que siempre olvidas reactivar cada noche y que de todos modos los desactivas con un almohadazo en la mañana.
O los radio despertadores y en alguna ocasión el despertador de la televisión. Estos solían ser una buena forma de empezar el día, a menos que ese día despertarás de súbito entendiendo por fin porque tu sueño de pronto tomó un giro inesperado o comenzó a estar musicalizado y ahora estás cuarenta minutos retrasado.
Por fin terminé usando, como muchos, el despertador del celular, asegurándome de dejarlo en una superficie adecuada para que la simple vibración molestara suficiente por la mañana, de otro modo no lograría despertar por completo para las ocho de la mañana.

Pero ahora tengo un nuevo método, después de dos semanas de luchar en contra de las corretizas de mi gata a las 2 y a las 4 de la mañana he logrado que sólo se acerque a mi después de las 6:30,
esos lindos bigotitos que siento cada mañana se acercan curiosos y logran despertarme con una sonrisa.

Claro, entre semana me alegra tener un despertador tan amigable y realmente disfruto ahora poder aprovechar más el día, no más desayunos apresurados, ni cuartos desordenados por falta de tiempo.

Pero cómo desearía que el sol saliera al menos una hora y media más tarde los fines de semana!

lunes, 22 de diciembre de 2008

Su primera impresión de la muerte

Fue un día que una mosca negra y gorda no nos dejaba dormir. Las orejas prestas, los ojos atentos, Mirumi sabía perfectamente por donde volaba la intrusa y cuando podía intentaba un arañazo, pero no era suficiente.

Alguna vez has notado lo sensible del oído de un gato?
Era momento de poner fin a la tortura o no dormiríamos jamás.

Un simple golpe derribó a la mosca, que cayó sobre el tocador, inconsciente. Ah, pero he visto revivir moscas que no han perdido por completo la vida, así que un golpe más aseguraría la victoria.

Claro, que esta vez fue un poco más desagradable. Mirumi no lo sabía y quería saber que sucedía con su pequeña enemiga de la noche. Se acercó, y de pronto dio el salto de horror más sincero y espontáneo que he visto.

Y es que la mosca era ahora una cápsula abierta, se podía ver el tejido amarillento a medio salir.

No creo que Mirumi conociera realmente la anatomía de un insecto, mucho menos creo que pueda haber mucha diferencia entre el olor de una mosca y su interior. Pero era claro que algo le había sucedido, catastrófico e irreparable.

Era la muerte.