Se trata de un lugar, lejano de cualquier ciudad conocida. Quien ha llegado se da cuenta que no es jardín, ni selva, ni bosque y sin embargo la sensación de vida y calidez te rodea.
El olor inconfundible a tierra mojada, el sonido de agua que continuamente va de un lado a otro... de dónde proviene? No se ve nada, cuando llegas lo único que queda es el sonido y los olores que te rodean.
Pocos vuelven de este viaje maravilloso, sea porque dejaron olvidado a un ser querido y regresan para para guiarlo al nuevo edén que han encontrado. Su testimonio nos hace saber que ahí no se siente uno pesado, no se está sujeto a la tierra y no podría decirse que haya una dirección definida, un lugar que sea el centro o que sea el final.
Y cómo no habría de ser, si cuando cruzas la frontera tan sólo eres un suspiro de sentimiento que percibe más finamente cada detalle de ese universo.
miércoles, 25 de junio de 2008
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1 comentario:
Que boniiiito !
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