11
Los dos llegaron cojeando: Guy y el perrito más dócil que había nacido en el patio. Guy tenía una pierna vendada y el perrito una de las patitas envuelta en trapos. Los dos caminaban a saltos. El perrito gruñía- tal vez de dolor- y meneaba la cola- tal vez de agradecimiento.
-Nos caimos, Jacinto.
-Ya lo veo niño Guy.
-Al perrito se le torció una patita. Ya se la compuse.
-¿Y tú?
-Acércate. No se lo digas a nadie. Yo no tengo nada. Me vendé sólo para consolarlo.
Fragmento De Canek,
(La Intimidad)
martes, 22 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
esa es amistad de verdad, jaja
que triste...
Publicar un comentario