sábado, 4 de diciembre de 2010

La llegada

La noticia de su llegada recorrió todas las regiones en menos de una semana, primero como un rumor y luego con gran ilusión los jefes del clan fueron confirmando uno a uno la buena nueva. Aún faltaba casi un año pero muchas cosas se tenían que organizar antes de su llegada.

Las hadas de inmediato se dieron a la labor de tejer las finas ropas con que recibirían al largamente esperado, los faunos compusieron canciones y rimas para él, se prepararon nuevas habitaciones y las labores cotidianas se modificaron para dar tiempo para el recién llegado.

Todos deseaban recibirlo en sus casas, conocerlo desde el primer momento, pero El sitio quedaba a muchas horas de camino, había que dedicar algunos meses para el viaje de ida y de regreso, así que se organizó una comisión que llevara todas las ofrendas y que estuviera presente en los primeros días de historia del peque.

Mucho se decía sobre su destino, que sería un gran jinete, aventurero y aficionado a las novelas de acción o juguetón con los niños y amante de las artes plásticas, historiador o cuentacuentos. En suma, era él el destinado a unir definitivamente dos mundos que rara vez se encontraban, una mezcla balanceada de caribe y bosque, de dulce y mineral.

Y que más se espera de un niño que está rodeado de amor desde antes de su llegada?

sábado, 6 de noviembre de 2010

Desarrollo de las civilizaciones

The history of every major galactic civilization tends to pass through three distinct and recognizable phases, those of Survival, Inquiry and Sophistication, otherwise known as the How, Why, and Where phases. For instance, the first phase is characterized by the question ‘How can we eat?’, the second by the question ‘Why do we eat?’ and the third by the question, ‘Where shall we have lunch?’



(Douglas Adams, “The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy“)

martes, 12 de octubre de 2010

Salido de un cuento de hadas

Su mirada es confiada, el paso firme y sin prisa. Habrías de verlo caminar entre la gente que va apresurada a sus trabajos, a la comida, a sus casas, él camina entre ellos tranquilamente y no se deja contagiar por sus preocupaciones, todo a su tiempo, el paso continuo y seguro.

Su mirada se fija en sus amigos cuando platica. Habrías de ver con cuánta atención escucha y pregunta más y más detalles del tema en cuestión, se entusiasma con las actividades de sus compañeros y sonríe atento, interesado.

Sus amigos son personas especiales (como toda la gente). Él, como nadie, sabe sacar el balance perfecto entre sus defectos y cualidades, y con naturalidad logra que los aciertos de sus amigos superen con creces todo lo demás.

Siempre busca mejorar su entorno, probar sabores nuevos, encontrar música diferente, dar nuevas soluciones, cuidar el ambiente.

Su casa es cálida, vegetal, en constante transformación. Sus paredes blancas se llenan de imágenes que condensan en su color y sencillez todas las experiencias que ha vivido.

Parece que cuento un cuento de hadas, pero yo lo conozco.


viernes, 1 de octubre de 2010

"Tú no quieres hacer coreografía...


De las mejores cosas que un estudiante en CU puede hacer los viernes a medio día es ir a las funciones del taller coreográfico de Gloria Contreras. Llegar al auditorio Carlos Lazo de Arquitectura y sentarte a escuchar historias sobre compositores, y dejarte grabar en el corazón sus piezas, con formas y colores que ha inventado Gloria para ti, para todos nosotros.

A las 12:30 en punto sale con sencillez y alegría a recibir a su público con los brazos abiertos... y comienza la función. Como una abuelita que cuenta a sus nietos un recuerdo que justo viene a su mente Gloria presenta cada una de las coreografías del día, la música se vuelve plástica y por unos minutos el mundo de afuera desaparece, no hay prisa, no hay calor, no hay responsabilidades.

Y es que hay algo en ese recinto que emana pasión y entrega. Ella siempre ha querido difundir la cultura, mostrar nuevas ideas, hacer de su público mejores personas... ella es libre y rebelde.

No sé como es que logré asistir a una temporada completa al principio de mi licenciatura, esta tarde cuando ya formo parte de la comunidad docente encontré que el taller de Gloria Contreras se presentaba en mi facultad. Tuve la oportunidad de verla de cerca, no pude evitar pensar que esa mujer maravillosa no estará con nosotros para siempre y sin embargo aún conserva su frescura y porte, ese brillo en los ojos y la dulzura en su hablar. En una ocasión su mentor le dijo: "Tú no quieres hacer coreografía, tú lo que quieres es hacer poesía".







Sea pues que la vida de Gloria siga inspirándonos y alentándonos muchos años más.





viernes, 17 de septiembre de 2010

Saldo del día

Media tarde con él...

música que hace mucho no escuchaba...

comida con mis padres...

un capítulo de un libro...

siesta y rasguños con mi gata...


Es fácil recordar cosas buenas cada día.

domingo, 5 de septiembre de 2010

De donde nace la lluvia


La mañana era fría y una niebla cerrada no permitía ver la cumbre de la montaña.

Aquí abajo apenas se sentía el viento; una atmósfera húmeda con olor a tierra mojada y a lo lejos el rumor del agua.

Los abuelos cuentan que de esta montaña nació la lluvia; todas las nubes que riegan nuestros campos comienzan su camino aquí, donde el tiempo parece quedar atrapado entre las moléculas de niebla.

Hombres y mujeres vienen al corazón de la montaña para pedir buena fortuna, serenidad; los enamorados llegan para vivir juntos ese momento.

Así fue como comenzamos a subir, la procesión va siguiendo el camino del agua. Si uno pone atención, detrás del correr del río se escucha la respiración relajada y constante de la comitiva que se abre camino entre la vegetación. Si uno se queda quieto por un momento, el rocio lo cubre y ya uno parece una planta aperlada.

El camino es complicado, se habrá de cruzar sobre ancestrales derrumbes de troncos, cruzar una y otra vez la corriente que fluye monte abajo y trepar a lo largo de las escarpadas paredes que forman las primeras cascadas, tiernas y modestas.

Después de un largo rato uno llega a la última cascada. El agua rompe en cada una de las rocas que sobresalen de la pared que se pierde en las nubes. Cada roca separa la corriente de agua en destellos cristalinos, de diamante. Los destellos se rompen en miles de partículas de vapor y brisa y rocío.

Una fina lluvia refresca nuestros rostros maravillados.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La colección

Las obras seguían abriendo paso mientras los primeros curiosos ya estábamos subiendo lentamente la pendiente arenosa. Los peldaños que trepaban directamente a la cima estaban bien formados, se veían demasiado bien recortados, no podía ser tan bueno si considerábamos que estaban construidos con arena, y cada quien se cuidaba de afianzar bien sus pisadas, pues un derrumbe en aquél terreno apenas trabajado podía traer graves consecuencias.

Nadie se esperaba que el legendario cerro del tesoro comenzaría inmediatamente después de atravesar el gran muro, fue como llegar a otro mundo donde el viento soplaba y el sol era cegador, así que lo único posible era mirar los siguientes pasos frente a ti y ver cómo el viento iba descubriendo la estructura milenia. Perteneciente a una cultura diminuta, porque en los escalones de piedra caliza apenas cabía la huella de un gato.

Llegamos a un descanso, la escalera seguía más alto y la claridad del día no permitía ver la cima de la montaña. Pero había un pasillo a la izquierda que llevaba a la orilla de la montaña y la gente comenzaba a explorar las ruinas que de tan viejas y desahbitadas no quedaba ni un vestigio de olor, ni de viento.

La vista fue maravillosa, después del pasillo, un andador circular que dejaba ver varios anillos de estancias con la colección más grande que he visto jamás, todas las estatuillas del mundo antiguo, cuidadosamente clasificadas y conservadas por región del mundo y época de apogeo.

Yo seguí de frente, bajando ahora unas escaleras con muros a los lados que apenas me dejaban ver el sinnúmero de reliquias de ese lugar. Más allá sólo se podía ver el mar abierto. A nuestros antiguos magnates les gustaba que su colección gozara de la más espléndida vista, y brisa del mar.