miércoles, 1 de septiembre de 2010

La colección

Las obras seguían abriendo paso mientras los primeros curiosos ya estábamos subiendo lentamente la pendiente arenosa. Los peldaños que trepaban directamente a la cima estaban bien formados, se veían demasiado bien recortados, no podía ser tan bueno si considerábamos que estaban construidos con arena, y cada quien se cuidaba de afianzar bien sus pisadas, pues un derrumbe en aquél terreno apenas trabajado podía traer graves consecuencias.

Nadie se esperaba que el legendario cerro del tesoro comenzaría inmediatamente después de atravesar el gran muro, fue como llegar a otro mundo donde el viento soplaba y el sol era cegador, así que lo único posible era mirar los siguientes pasos frente a ti y ver cómo el viento iba descubriendo la estructura milenia. Perteneciente a una cultura diminuta, porque en los escalones de piedra caliza apenas cabía la huella de un gato.

Llegamos a un descanso, la escalera seguía más alto y la claridad del día no permitía ver la cima de la montaña. Pero había un pasillo a la izquierda que llevaba a la orilla de la montaña y la gente comenzaba a explorar las ruinas que de tan viejas y desahbitadas no quedaba ni un vestigio de olor, ni de viento.

La vista fue maravillosa, después del pasillo, un andador circular que dejaba ver varios anillos de estancias con la colección más grande que he visto jamás, todas las estatuillas del mundo antiguo, cuidadosamente clasificadas y conservadas por región del mundo y época de apogeo.

Yo seguí de frente, bajando ahora unas escaleras con muros a los lados que apenas me dejaban ver el sinnúmero de reliquias de ese lugar. Más allá sólo se podía ver el mar abierto. A nuestros antiguos magnates les gustaba que su colección gozara de la más espléndida vista, y brisa del mar.

lunes, 2 de agosto de 2010

La última exploración

Nosotros llegamos del lado del valle, amplio y verde ya ahí el sol brillaba demasiado para la época del año. Un explorador suizo esperaba que terminaran las obras, absorto al borde de la entrada que apenas unos minutos antes los trabajadores del otro, del osado, habían abierto para comenzar la búsqueda, nadie le prestaba atención y eso era bueno, al final de cuentas él no estaba a cargo.

Todo aquél que lo pensara con un poco de cuidado se daría cuenta: el otro, ése era un farsante. De hecho era un peligro dejar que él estuviera a cargo; pero ahora era demasiado tarde, esto se había convertido en un proyecto de la nación y todos confianban en su popularidad. Tan sólo habiendo estado al margen de tres o cuatro expediciones similares tenía el descaro de decir que era un experto en el área.

El explorador suizo sabía que sólo tenía que esperar a que el paso estuviera terminado. Del otro lado del valle él y su equipo podrían continuar, había detalles que el otro no había tomado en cuenta, ni siquiera tenían que apurarse, el otro, era impulsivo y no se daría cuenta de que tomarían otro camino mejor, además creían que el otro ni siquiera sabía a ciencia cierta qué estaba buscando.

Así esperaba el suizo cuando nosotros llegamos al lugar. La energía empleada en construir el paso al otro lado del valle eran impresionante; todos estaban alertas por algún posible derrumbe. Lo más increíble era ver qué había del otro lado...

viernes, 16 de julio de 2010

Yo no lo sé de cierto

Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre un día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)

J. Sabines

lunes, 19 de abril de 2010

Geheimnis

Hast du einmal gedacht, warum es so viele geheimnische Sprachen gibt?

Vielleicht das ist so man kann mit jemand ihre tiefe Gedenken teilen.

Oder ihre shlechtest Gefühllen.

sábado, 10 de abril de 2010

III, al otro lado del mundo

La vida se ve diferente desde cada ángulo, desde cada región del universo, al atravesar sus portales, la gente no vuelve a ser la misma. Hay quienes mudan de forma, otros comienzan su vida de nuevo, como volver a nacer, es como si estos portales filtraran recuerdos y cualidades, como si adaptaran a los seres a las dificultades de las nuevas regiones a las que llegan según normas bastantes caprichosas.

Este caza recompensas con armadura china había logrado su objetivo y en este instante se escabullía del gran Tipi, morada de la princesa de la región. El país estaba en guerra y descubrir que el heredero de apenas unos cuántos meses de edad había muerto podría causar conflictos políticos graves, inclinar la balanza.

Estaba amaneciendo, y por ahí y por allá había fumarolas, fruto de los primeros trabajos matutinos; incluso un poco de niebla y frescor cubría el ambiente.

Es por esto que habían mandando al hombre de la armadura a otros mundos, a buscar a un sustituto, para que la dinastía continuara. Era una misión delicada, dónde encontrar un hombre predestinado a la grandeza, a luchar por una familia real que lo acogería como suyo?

"Lo logré!" pensaba el hombre, mientras caminaba lentamente por entre las tiendas del campamento, había encontrado un niño que ahora pasaba por hijo de la princesa, la moradora del gran Tipi. Lo había transportado a este otro universo y ahora la historia seguiría su curso como si él jamás lo hubiera manipulado.

Pero la luz del día ahora era completa, clara. Y hubo gente que lo vio salir reptando del gran Tipi, habían descubierto el engaño y ahora lo perseguían con arcos y flechas. Lo último que sintió fue el dolor de una flecha en su pierna, cayó.

"Todo está perdido" fue lo último que cruzó su mente mientras su vista se nublaba, pensando "y ¿ahora qué será?"

viernes, 2 de abril de 2010

Los días pasaban

Ambos amaban el bosque, pero por mucho tiempo no regresaron.

Casi sin darse cuenta, se alejaban recorriendo la rivera, siguiendo el rumor del agua corriendo ligera, tomando el sol o bañandose. Las noches se fundían con historias de sus aventuras, con sueños pasados, con recuerdos alegres de ese mismo día; ninguno de los dos podía decir exactamente en qué momento dejaban de mirar las estrellas para mirar las maravillas inconexas de los sueños.

Era un ir y venir constante pero imperceptible. Tampoco se dieron cuenta cuando se alejaron del cauce del río, llegando a una planicie llena de flores y algunos árboles aislados que daban buena sombra. Cocinando con lo que hubiera a la mano, el momento de la preparación se alargaba con juegos, hablando de las novedades del momento. Siempre había algo sencillo pero delicioso, con olor a ajonjolí, hierbas, naranjas o pimienta.

Pasaban mucho tiempo en un pueblo donde se presentaba una historia diferente cada noche en la plaza. Con algodones de azúcar, elotes asados y gorditas de chicharrón todas las señoritas y parejas asistían al evento nocturno. Historias de amigos, de luchas, de aventuras, de cómo se ve la vida, de asesinos, de amor. Ellos llegaban poco antes de la función montados en caballos pequeños y juguetones, se sentaban en el borde de la fuente y miraban absortos cada escena, ella recargada en su hombro, él tomando un taza de chocolate caliente.

Para ellos los días pasaban constantes, siempre diferentes y jugosos. Para ellos, la vida era un caminar por el mundo, siempre mirando, siempre saboreando.

Manchas con pastel! (tercera gira mirando)











Segunda expo de Querétaro, donde cosas maravillosas pasan en cada rincón de cada andador...